Al poco tiempo (quizás a los dos años o así de haber comprado mi CBR) se habían gastado las pastillas delanteras y, como ya habréis imaginado, las tuve que cambiar. En esa época no tenía conocimiento alguno de compuestos, de marcas, de ventilación, de las diferencias entre uso en calle o en circuito, etc. y eso me llevó a cometer un pequeño error que acabó en un problema algo más caro.
En la moto siempre busco comprar lo mejor de lo mejor, máxima calidad, y más aún cuando estaba empezando a adentrarme en las aventuras de circuito, de forma que compré unas pastillas que prometían una frenada suficientemente fuerte como para no acabar con una parcelita al final de la recta de meta de cada circuito.
Resultó que esas pastillas no era conveniente montarlas en esos discos de serie ya que, como es lógico, unas pastillas de competición, requerían de unos discos de freno de competición. Así fue que, para cuando me quise dar cuenta, tenía esa molesta vibración en el manillar cada vez que quería frenar, haciendo que las frenadas suaves fueran molestas y que las frenadas fuertes fueran un suplicio. Los discos se habían doblado… pero como yo soy así de cabezona (y estaba sin dinero porque era estudiante) tuvieron que pasar algunos años más de suplicio hasta que me decidí a hacer el cambio.
Después de mucho mirar, indagar y buscar, leer en foros, preguntar a gurús, consultarle a los astros,… la primera conclusión a la que llegué, fue que lo mejor sería buscar unos discos normales (nada de floreados).
Sabéis que soy muy fiel a lo original, siempre voy a buscar el material oficial de Honda, con los años he aprendido que es la mejor forma de ahorrarse problemas pero, en esta ocasión, fui infiel a mis principios (sobretodo después de ver los precios de los discos de serie) y decidí coger algo ajeno a la marca.
Como siempre os digo, hay muchas formas de ahorrarse unos eurillos, yo siempre busco el equilibrio, de forma que no me acabe saliendo más caro. Así tenía claro que en esta ocasión la marca elegida iba a ser Brembo con un pack de discos que, sin ser el más premium de la marca, pensé que podía ser una buena opción y, más aún, si lo combinaba con unas pastillas adecuadas a los mismos.
Podríamos hablar durante muchas horas de discos de freno, de pastillas, de compuestos, de usos y aplicaciones de los mismos, pero esto lo dejaremos para más adelante. Por ahora, os dejo con el vídeo de como reemplacé los discos de serie de mi Honda CBR 600RR 2007.